Comunicación y tecnología y redes sociales ¿fomentan una
verdadera comunicación efectiva?
29 de septiembre de 2015
Carmen López
Llevo aproximadamente un mes
desarrollando una pequeña campaña de promoción para la reactivación de mi
consultora TU ORGANIZACIÓN CONSULTORES, como es natural hay pocos fondos y una
nueva tendencia, así que me dediqué a leer información sobre marketing digital
y la estructuración de una campaña dentro de las denominadas redes sociales,
luego de planificar, desarrollar los materiales y comenzar la colocación, me di
cuenta de algo importante, yo misma estaba inscrita en varios grupos que
compartían temas de interés y casi nunca leo los interesantes artículos que se
encuentran en los enlaces que comparto.
Ante semejante contradicción
comparto algunas de mis reflexiones.
En primer lugar, creo que es
justo colocar la definición de comunicación, y elijo dos contenidas en el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: “2. f. Trato, correspondencia entre dos o más
personas. 3. f. Transmisión de señales mediante un código común
al emisor y al receptor”. [1]
Analizo muy brevemente, y lo primero que llama mi atención es
“correspondencia entre dos o más personas”, porque luego de participar
activamente en las redes sociales, prácticamente desde su aparición, pareciera
que el mensaje que se pretende enviar, es enviado por el emisor y es recibido
por el receptor, pero me hago una pregunta ¿realmente el receptor capta el
mensaje?, ¿lo lee?, ¿provoca en él, alguna reacción? O simplemente es una
especia de caja que se va llenando de mensajes que se guardan de manera casi
infinita hasta que en alguna oportunidad revise: bandejas de entrada, muros con
artículos compartidos y otros medios de almacenamiento que van asociados a
todas las herramientas ofrecidas por la Tecnología de la Información y las Comunicaciones.
La primera reflexión que tuve sobre esto, fue con algo muy
sencillo: “recetas de cocina”, me di cuenta que casi nunca me fijo en la
receta, a lo sumo veo la foto y si el vídeo dura menos de un par de minutos,
quizás tenga la paciencia de mirarlo. La segunda reflexión la hice al darme
cuenta que estoy en varios grupos sobre e-learning y siempre comparto, pero al
igual que en las recetas, quizás “después” lea sobre lo que han escrito.
Sin disponer de muchos seguidores o estadísticas seriamente
realizadas, me doy cuenta que en mi entorno cercano, casi todos pertenecen al
menos a una red social, algunos tienen tres, e interactúan según sus intereses
compartiendo información, sin importar demasiado si llega o no a sus contactos
o seguidores, (según la red cambia la denominación). Sin embargo si quiero
realmente hablar para comunicarme mediante un “código común” tengo que acudir a
la llamada telefónica o a la visita pues en contadas oportunidades obtengo una
respuesta por mensaje de texto vía telefonía móvil o correo electrónico. Aunque
vale la pena destacar que el algunos casos la llamada tampoco es demasiado
efectiva, si cae en algún buzón de llamadas que no suele ser revisado.
Curioso, ¿verdad?, pero también contradictorio, ya que muchas
personas en este momento están pagando a expertos por el manejo de sus redes
sociales, pues están construyendo su marca personal y pareciera que uno de los
parámetros es contar con gran cantidad de contactos o seguidores. Sin embargo,
pueden pasar semanas antes que usted logre verdaderamente hacer contacto y
luego concretar el acto de comunicación.
Evidentemente no es por falta de herramientas, lo que me mueve a
escribir estas reflexiones es que si es tecnología para la comunicación y ésta no se concreta, en realidad ¿de qué estamos
hablando?
Hay una gran cantidad de opciones gratuitas o pagas para la
colocación de mensajes programados, algunas, inclusive, generan un mensaje de
bienvenida a sus seguidores, pero ¿realmente la persona que tiene este nuevo
seguidor está al tanto de esa inclusión?
Entonces pareciera que el fin primordial de esta participación tan
activa en las redes sociales, de personas que quieren compartir sus materiales:
escritos, audiovisuales, etc., es incrementar sus seguidores, más no tener una
verdadera interacción con ellos.
Finalmente, pienso que no estamos listos para interactuar con
miles de seguidores de manera interpersonal, sin ir demasiado atrás en el
tiempo, nuestras humildes libretas telefónicas personales no alcanzaban miles
de anotaciones, a menos que se dedicara al área de ventas, donde la cantidad
era sinónimo de clientes consolidados o posibles. Los llamábamos para saludar,
felicitar en ocasiones señaladas o simplemente para “saber de ti”. Ahora que
tenemos tantas herramientas colocamos nuestro “estado” en un muro para que
todos los que nos siguen lo sepan o “lo que estoy pensando” para fijar posición
ante algo. Más esto no nos acerca a nadie en particular.
Si desean comentar sobre las palabras antes escritas, pueden
contactarme por mi correo, o redes sociales, suelo responder, porque definitivamente
quiero que de verdad se concrete el acto de comunicación.