Valores

EL COMPROMISO DE LA PALABRA DADA, ¿CARENCIA UNIVERSAL?




El abanico de las excusas permite a los seres humanos desembarazarse de citas, compromisos y obligaciones. Pero, ¿estamos conscientes del precio que pagaremos a futuro por nuestra conducta omisiva?

Ya resulta imperiosa la necesidad de abordar un hecho que, aunque a veces pasa desapercibido o simplemente se le tilda, de conducta social irresponsable, va dejando sus secuelas entre nuestro entorno social:. familia, amigos, compañeros de trabajo, etc, Porque cumplir o no el compromiso adquirido, patentiza el respeto que sentimos por los demás, por su tiempo, por sus ideas y sus pareceres.

Con no poca frecuencia, asistimos al triste espectáculo de la persona que se ha quedado esperando a alguien que nunca llegó, ni llamó, ni le importó honrar el valor de compartir su compañía, o hacerse merecedor de algún elogio por su meticulosa puntualidad. El desprecio por la palabra dada en garantía de cumplimiento, es olímpico, como igual lo es el daño que causamos a los demás con este tipo de comportamiento.

Demás estaría mencionar como a diario observamos, la pereza que causa contestar un correo electrónico para dar gracias por un detalle o una invitación. Siempre es preferible reenviar muchas imágenes y oraciones que exaltan precisamente, el valor de la amistad, a escribir tan sólo dos palabras: Muchas Gracias!

De manera que la palabra dada, el compromiso asumido, se obvia tan pronto como se ofrece. En el plano valorativo de la conducta, la omisión produce inmediatamente una descalificación del comportamiento que agrede un sentimiento. Luego estemos contestes, en que el falso compromiso y la palabra hueca, son los primeros generadores de soledad entre nosotros, porque los demás seres que cohabitan con nosotros, resienten la poca importancia o la insignificancia que tienen ante los demás.

Hace tiempo, escuché a un amigo comentar, que Japón era el País con menos abogados del mundo, porque con la palabra, bastaba. En esta cultura, el compromiso está ligado al honor del ser humano, y de ese honor deviene el posterior respeto y admiración que el individuo se ha ganado con su conducta y su cumplimiento de lo asumido.

Observe a su alrededor, detalles, pequeños símbolos que denoten verdadera solidaridad, los que moldean las amistades para siempre, los que hacen que todo gravite alrededor del cumplimiento del compromiso y recuerde, el gesto humilde o la ayuda desinteresada, nunca se pide, se espera!.

Entonces, adelante!, sea pionero honrando su palabra, usando la verdad y no el ardid para manipular a otros, y el respeto que obtendrá como ser humano, superará la falsa admiración que sentimos por los caudales de riqueza material o la posición social que quisiéramos detentar, porque dicho respeto proviene de la admiración a la persona, a su palabra y a su integridad como ser humano.



César Enrique López Bacaicoa